miércoles, 5 de septiembre de 2012

de Miquel Ortega OCEAN2012


En calma de mar no creas, por sereno que lo veas.
Casi nadie habla del Parlamento Europeo, pero cada vez es más importante en la definición de las políticas europeas y en el próximo mes: Dolores García-Hierro (PSOE – S&D, Titular), Antolín Sánchez Presedo (PSOE – S&D, Suplente), Raül Romeva (ICV-Verdes Europeos, Titular), Ana Miranda (BNG-ALE, Suplente), Isazkun Bilbao (PNV-ALDE), Carlos José Iturgaiz (PP-PPE, Suplente), Carmen Fraga (PP-PPE, Titular), Gabriel Mato (PP – PPE, Titular y presidente de la Comisión), parlamentarios españoles de la Comisión de pesca, decidirán junto a los parlamentarios de los demás países, cuál será su visión sobre la política pesquera europea en los próximos 10 años.
Se presenta un otoño calentito, con las espadas bien altas. La primera sesión de la Comisión el próximo jueves 6 de septiembre.
A río revuelto, ganancia de pescadores.
Bueno, eso en el caso de la Política Pesquera Común está por ver, y en particular está por ver a qué tipo de pescadores beneficia la nueva reforma. En los próximos meses va a llegar a la casa de más y más personas la noticia que nos estamos jugando la pesca, los pescadores y los ecosistemas marinos de la próxima década. Necesitamos que el río se revuelva y la gente exija cambios para que la nueva política apoye a la pesca sostenible, que sin duda debe tener en su núcleo a la pesca artesanal sostenible, y no a la pesca con mayor impacto sobre el medio marino, menos selectiva, controlada por grandes capitales, y con peor distribución de la riqueza generada. Por ahora el Consejo Europeo (formado por los Gobiernos de los países) ha optado por una posición muy poco ambiciosa, el Parlamento Europeo debe ir un paso más allá.
Navegar contra el viento es perder el tiempo.
Esto es exactamente lo que hemos de transmitir a los Parlamentarios Europeos. Si no realizan una reforma que apueste decididamente por recuperar el ecosistema marino de manera acelerada (RMS en 2015), que premie a la pesca más sostenible, con menor consumo energético y que genere más ocupación (acceso a los recursos preferentes para la pesca sostenible), y que pongan los recursos públicos donde hace falta (en los servicios públicos asociados a la pesca). El aumento del precio del petróleo, la disminución y la irregularidad de las capturas asociado al mal estado de los recursos, y la competencia internacional, acabarán en la próxima década con buena parte de los pescadores; y corremos el riesgo que en su caída –en un intento desesperado de resistir- acaben irreversiblemente con el medio ambiente marino. Ha llegado el viento del cambio, podemos escoger hacerlo de manera ordenada (con una política ambiciosa) o de manera desordenada impulsada puramente por el mercado y la degradación ecológica.
Cada palo que aguante su vela.
El éxito o fracaso de la política pesquera común no será de Bruselas, será también de cada uno de los Parlamentarios Españoles en el Parlamento Europeo. Cada uno de ellos es responsable ante la ciudadanía (no ante el gobierno español o el de las comunidades autónomas) de su posición. Por ello hemos de conseguir que sus posturas sean lo más conocidas posibles y que podamos visualizar los diferentes intereses a los que defienden. A eso nos aplicaremos.

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