martes, 29 de noviembre de 2011

Punto de vista desde Turcon frente a la implantacion del Gas en Arinaga.

Cuando se estaba elaborando el Plan Energético de Canarias 2006, la Consejería de Industria publicó un cuestionario en su Web.

Una de las preguntas era: ¿Considera positiva la decisión de introducir el gas natural en Canarias?

No debemos olvidar que básicamente la idea de las regasificadoras es para importar GNL para que sea utilizado principalmente en el las Centrales de Ciclo Combinado de Barranco de Tirajana y Granadilla. En la Hipótesis de ubicación de la planta regasificadora en Las Palmas de Gran Canaria habría que regasificar en la ciudad y transportar el gas, mediante gasoducto, a unos 40 km de distancia como mínimo. Infraestructura que tendría que atravesar la ciudad y todas la poblaciones de la costa.

Algunas otras razones aquí:


Esta son algunas de las razones por las que decimos no a la introducción de Gas Natural Licuado en Canarias:

Ø No es una fuente de energía que realmente plantee una diversificación de las fuentes de energía en Canarias. Los países posibles suministradores y donde se licua Gas Natural no son tantos como los que pueden suministrar petróleo o productos petrolíferos. Además, el Gas Natural requiere unas infraestructuras y medios de transporte especiales que lo hacen más frágil a la hora de garantizar el suministro energético en islas. Si parte del sistema energético de Gran Canaria y Tenerife se basa en el Gas Natural Licuado los riesgos de desabastecimiento futuro serán mayores y, por tanto, no se producirá realmente una mayor seguridad energética.

Ø A nivel internacional el Gas Natural, cada vez más, se está convirtiendo en fuente de conflicto y medio de chantaje internacional. Si esto ocurre con los gaseoductos imaginen lo que puede ocurrir con el transporte por mar de GNL. El aprovisionamiento de petróleo tiene circuitos mucho más maduros y diversificados de aprovisionamiento que el GNL. Con lo cuál, en este sentido no se produce una mejora respecto a la situación actual.

Ø La necesidad de infraestructuras para introducir el Gas Natural Licuado en las islas de Gran Canaria y Tenerife es demasiado importante en comparación con los beneficios sociales que supuestamente podrían generar. A estas infraestructuras no sólo hay asociado un coste económico, que es asumido en gran parte con fondos públicos, sino que a ello hay que añadir el coste ambiental y de oportunidad.

Ø En todo el proceso de implantación del Puerto de Granadilla y la Ampliación del Puerto de Arinaga, que son costes directamente relacionados con la introducción del GNL, no se han considerado adecuadamente los impactos ambientales sobre recursos naturales tan importantes como los sebadales, playas, dinámicas marinas, etc.

Ø Existen importantes riesgos de seguridad sobre todo en el caso de Arinaga al encontrarse importantes poblaciones cerca de las infraestructuras de regasificación.

Ø Estas infraestructuras, regasificadoras, puertos y ampliaciones, provocaran importantes deseconomías sobre todo en perjuicio del sector turístico y de ocio, principal fuente económica de Canarias, al destruir magníficos espacios para el disfrute del litoral y de las actividades deportivas relacionadas con el mar.

Ø Existe un coste importante de oportunidad al emplearse fondos públicos en apoyar estas infraestructuras de puertos, regasificiación y distribución para beneficiar directamente a una compañía, mayoritariamente de capital privado y con una concentración importante de la riqueza, en perjuicio de otro tipo de inversiones más descentralizadas como el apoyo a los sistemas distribuidos de generación de energía eléctrica con energías renovables o hidrógeno como vector energético, ahorro y eficiencia energética, formación en temas energéticos, investigación y desarrollo e innovación, transportes colectivos, etc., realmente diversificadores y distribuidores de la riqueza.

Ø Finalmente la ciudadanía en general soportamos los costes económicos, ambientales, los riesgos y los costes de oportunidad para que unos pocos acaparen y garanticen sus beneficios pecuniarios. Parece que no compensa.

Ø No plantea una reducción importante de emisiones de CO2 atribuibles al sistema eléctrico ya que los ciclos combinados ya funcionan con otros combustibles alternativos o podrían hacerlo en el futuro sin necesidad de disponer de Gas Natural.

Ø La propuesta, en general, adolece de un análisis profundo de costes y beneficios, donde se contemplen los económicos, ambientales, sociales, etc.

Ø Se trata de una inversión que sólo beneficia (o más bien perjudica) a Gran Canaria y Tenerife existiendo un agravio comparativo con el resto del archipiélago.



Los nuevos proyectos de grandes infraestructuras deben tener en cuenta una serie de elementos para evitar cometer graves e irreversibles errores a la hora de su planificación. Entre estos elementos está el análisis previo de las distintas alternativas disponibles para conseguir el fin propuesto, donde se ha de evaluar su coste económico, ambiental y social, el deterioro y el consumo de suelo, frente a los beneficios sociales que generaría. Hay que analizar con mucho detalle y comparar la rentabilidad esperada de la rentabilidad real[1]. Siendo necesario hacerse las siguientes preguntas: ¿Quién se beneficia realmente?, ¿Alguna comunidad concreta o grupos privados que no asumen los costes de ejecución y explotación?, ¿Quién se ve perjudicado?, ¿Qué se gana y qué se pierde?. También es necesario considerar la irreversibilidad de las actuaciones y sus consecuencias. La rentabilidad real ha de ser amortizada a largo plazo, 30 o 40 años, no al año de su prevista puesta en servicio. Como se ha comentado los costes e impactos negativos son irreversibles, en cambio los supuestos beneficios pueden dejar de percibirse en un corto período de tiempo. Esta obra pública está basada en unos crecimientos en las necesidades que no tienen por que ser lineales en el futuro y menos a 20 o 30 años vista. La situación geopolítica del gas natural es cada vez más complicada con constantes incrementos de precios y, a su vez, según datos de la Association for the Study of the Peak Oil & Gas (Abril 2004) se llega a un pico en la producción de petróleo y gas natural mundial. Esta situación provoca mayores tensiones en los precios dado el incremento constante de la demanda que exigirán un cambio radical en las posibilidades y formas de suministro energético a corto o medio plazo.

[1] Inversión de Infraestructuras en Gran Canaria: La urgente necesidad de reflexionar, De Rus, G. (2003) publicado por el Servicio de Estudios de la Fundación BBVA en un informe sobre la situación de Canarias.

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